¡Un no rotundo al trabajo infantil!

 

 

El trabajo infantil impide el libre desarrollo de la personalidad de las niñas y niños, obstaculiza sus sueños y finalmente impide que accedan a un trabajo decente en su adultez, contribuyendo así al aumento de la pobreza mundial. OIT

Por: Adriana Bastidas Patiño
Líder Proyecto de Democracia y Valores con enfoque en Derechos Humanos y Construcción de Paz

La Organización de Naciones Unidas -ONU-, ha fijado el día 12 de junio como la fecha mundial contra el trabajo infantil; y es que se ha convertido en una necesidad imperante a lo largo y ancho de nuestro planeta, dedicar un espacio para reflexionar y asumir compromisos -serios- para eliminar el trabajo que han tenido que asumir forzosamente, un gran número de menores de 18 años, para solventar las necesidades básicas insatisfechas de sus familias o sus propias necesidades al no tener la protección de sus padres o de un mayor de edad que les cuide y permita vivenciar sus derechos humanos. Siguiendo datos presentados por la ONU se encuentra que “152 millones son víctimas del trabajo infantil; casi la mitad, 73 millones, están en situación de trabajo infantil peligroso. Casi la mitad de los 152 millones de niños víctimas del trabajo infantil tienen entre 5 y 11 años; 42 millones (28%) tienen entre 12 y 14 años; y 37 millones (24%), entre 15 y 17 años.”

Lo más grave que se presenta con el trabajo infantil, es que nuestros niños, niñas y adolescentes son sometidos a labores que van en contra de sus derechos humanos fundamentales; toda vez que les expone a “actividades peligrosas que pueden comprometer su desarrollo físico, mental, social o educativo. En los países menos adelantados, algo más de uno de cada cuatro niños (de 5 a 17 años) realiza trabajos que se consideran perjudiciales para su salud y desarrollo.”
Es por lo expuesto que la lucha contra la erradicación del trabajo infantil ha sido un propósito de vieja data; liderado por la Organización Internacional del Trabajo -OIT- entidad de naciones unidas que ha procurado fijar propuestas y compromisos a los Estados, a través de instrumentos internacionales como lo previsto en el Convenio 138 de 1973 que trata sobre la edad mínima sobre el trabajo o lo fijado en el Convenio 182 de 1999 sobre las peores formas de trabajo infantil. Así mismo, la ONU, al construir los objetivos de desarrollo sostenible, concretamente en el objetivo número ocho (8) que refiere a “promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos”, también ha centrado la atención en la erradicación del trabajo infantil y ha sido categórica en fijar como una meta exigir “el fin del trabajo infantil en todas sus formas para 2025”.
A nivel nacional, se tiene que Colombia, se ha vinculado a este propósito, y es así, como a través del Congreso de la República que ha ratificado los Convenios internacionales anteriormente mencionados, a través de las leyes 515 de 1999 y 704 de 2001 respectivamente, así mismo ha erigido como norma Constitucional en su articulo 44 el deber de proteger a los menores de 18 años “contra toda forma de abandono, violencia física o moral, secuestro, venta, abuso sexual, explotación laboral o económica y trabajos riesgosos” y ha desarrollado a través de la ley de infancia y adolescencia (Ley 1098 de 2006) una protección especial; toda vez que en su artículo 20, numerales 12 y 13, establece que los niños y adolescentes serán protegidos contra el trabajo que por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo pueda afectar su salud, integridad y seguridad o impedir el derecho a la educación y contra las peores formas de trabajo infantil. Igualmente ha procedido a asumir compromisos con miras a cumplir con el octavo objetivo del desarrollo sostenible, concretamente en el mes de abril de 2021, firmó el Compromiso Nacional por la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y la Protección Integral al Adolescente Trabajador, con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el cual se acude al derecho deber de la Educación “como eje fundamental de lucha contra el trabajo infantil, así como para fortalecer su prevención y asegurar la reparación de las niñas, niños y adolescentes expuestos a esta situación.”

Una vez visto este escenario internacional y nacional sobre la lucha por la erradicación del trabajo infantil, es menester señalar que la Escuela Normal Superior Nacional de Pasto, le viene apostando, así como dijo el ministro de trabajo Custodio Cabrera al suscribir el Compromiso Nacional por la prevención y erradicación del Trabajo infantil, a pasar “ de las políticas a las acciones concretas, en la lucha contra el trabajo infantil\” y es por eso que trabaja incansablemente por prestar un servicio educativo con calidad, haciendo todo lo posible por cumplir a cabalidad la misión institucional que a su tenor reza “ forma maestros para desempeñarse en el nivel de preescolar y ciclo de básica primaria con excelencia académica, pedagógica e investigativa, comprometidos con el desarrollo de una sociedad más equitativa, justa y humana, responsable ante los desafíos que plantea la región, el país y el mundo”; es así como periódicamente revisa la pertinencia de su currículo, busca estrategias pedagógicas que se adapten a las necesidades, contextos actuales, expectativas y requerimientos de sus estudiantes, plantea y desarrollo proyectos pedagógicos fundados en el reconocimiento de la dignidad y la vigencia del respeto de los derechos humanos y propende por minimizar la deserción escolar, toda vez que está segura en señalar que la educación es la mejor estrategia para permitir que todos y cada uno de los estudiantes pueda vivenciar sus derechos humanos y formarse como las personas y ciudadanas capaces de asumir los retos actuales, aportando a la construcción del bien común.

Para cerrar este escrito, se considera oportuno hacer un invitación – en el marco del día internacional contra el trabajo infantil- , a cada uno de los integrantes de la comunidad educativa Normalista a seguir reflexionando y continuar nuestro trabajo que permita garantizar el acceso y la permanencia en el servicio educativo con calidad, evitemos incrementar los índices de trabajo de menores de edad y propendamos por que puedan hacer realidad sus sueños y metas a nivel personal, familiar y social.