En una sociedad cada vez más exigente, en cuanto tiene que ver con el manejo de la información y la tecnología, se necesitan cada vez más estudiantes y docentes que manejen las TIC con eficacia.
* Las TIC deben y pueden ayudar a los estudiantes, según la Unesco (2008), a adquirir capacidades para llegar a ser:
* competentes para utilizar tecnologías de la información;
* buscadores, analizadores y evaluadores de información;
* solucionadores de problemas y tomadores de decisiones;
* usuarios creativos y eficaces de herramientas de productividad;
* comunicadores, colaboradores, publicadores y productores; y
* ciudadanos informados, responsables y capaces de contribuir a la sociedad.
Es en este punto donde el docente toma su mayor importancia y protagonismo, en la tarea de acompañar al estudiante a adquirir esas capacidades. Además, es el responsable de diseñar tanto espacios para el aprendizaje como el entorno adecuado en el aula, de tal manera que las TIC le sirvan para aprender y comunicar. Por esto, es fundamental que los docentes de todas las asignaturas estén preparados para ofrecer estos nuevos ambientes y espacios.
Hoy en día, este docente mediador necesita estar pre-parado para ofrecer a sus estudiantes conocimientos apoyados con TIC, estar preparado para lograr que sus estudiantes se empoderen con las ventajas que éstas ofrecen y aportan. Escuelas, colegios y universidades, ya sean presenciales o virtuales, deben contar con docentes capaces de sacarle provecho a las TIC, docentes con habilidades para virtualizar el contenido de sus asignaturas o para comunicarse con sus estudiantes en espacios diferentes al aula y comenzar a dialogar en salones donde la presencialidad no se siente, por el hecho de no haber contacto físico, pero sí se sabe por los resultados académicos.
Los docentes tradicionales, sobre todo los magistrales, poco o nada contribuyen en una sociedad cada vez más informatizada. Negarse, donde ninguna excusa es válida, a cambiar nuestras estructuras de clase tradicional o mental, es negarles a las futuras generaciones, el acceso a habilidades que quizá no tengan oportunidad de adquirir en otros espacios y ser responsables socialmente por las limitaciones a las que se vean avocados más adelante. Las prácticas educativas tradicionales de formación de futuros docentes o profesionales, tampoco contribuyen a que éstos adquieran todas las capacidades necesarias para sobrevivir en una sociedad donde las decisiones se toman en segundos y afectan a ciudadanos que bien podrían estar en la otra cara del mundo.
Las nuevas tecnologías, TIC, requieren que los docentes se desenvuelvan y asuman nuevas funciones y que sus conceptos pedagógicos se modifiquen o se adopten nuevas propuestas, donde uno de los elementos importantes es cualquiera de los componentes de las tecnologías de la información y la comunicación. Lograr que cada docente integre estas tecnologías en el aula depende de la actitud y de la capacidad para estructurar el ambiente de aprendizaje en forma no tradicional, estimulando en los estudiantes interacción cooperativa, aprendizaje colaborativo, en el marco de clases dinámicas.
El reto es grande, pues manejamos conocimientos adquiridos desde hace muchos siglos atrás, válidos, por supuesto, en aulas que no se han modificado desde ha-ce algunos siglos, nuestros estudiantes siguen mirándose la nuca cuando deberían mirarse al rostro, y donde la tecnología está pidiendo a gritos un espacio donde, seguramente, nuestros estudiantes nadarán mejor que nosotros.
EDGAR HERRERA
DOCENTE ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTO